domingo, 30 de enero de 2011

Cultura(s) y televisión



Lila Abu-Lughod escribe en su ensayo "The interpretation of culture(s) after television" una interesante propuesta para la incursión de la antropología en los estudios sobre la televisión. No es que no existan estudios sobre este tema, pero la autora considera que han sido ineficientes. Una de las preocupaciones de Abu-Lughod es el rechazo que muchos/as antropológos/as tienen al estudiar la televisión y los posibles impactos que pudieran tener en la vida de las personas. No obstante, la autora muestra la importancia que este medio de comunicación tiene en las maneras en que los individuos perciben sus vidas, las relaciones sociales que tienen con personas que son miembros de "su cultura", y las relaciones que tienen de manera directa o indirecta con sociedades ubicadas a cientos de kilómetros. Abu-Lughod ve en la "recepción" de los televidentes una de las principales áreas de investigación donde la antropología puede trabajar. En su artículo la autora contrasta la vida de dos mujeres del alto Egipto llamadas Zaynab y Fayruz, ambas de posiciones económicas y estilos de vida diferentes. Estas dos mujeres ejemplifican que la recepción de los programas televisivos no siempre se dan de forma pasiva. Es decir, la gente no simplemente recibe y consume o cree todo lo que los programas d televisión muestran. Zaynab, cuya situación socioeconómica "baja", mantiene casi siempre una postura crítica respecto de los programas televisivos sobre todo sobre las telenovelas. Ella reconoce hasta cierto punto los valores sociales, culturales, y normas que son transmitidas en esta programación e incluso las constrasta con su vida personal. Se identifica con algunas vidas de los protagonistas, mientras que está en desacuerdo con otras o bien manifiesta no entender las razones que orillan a tal personaje a realizar cierta acción.
Pero, ¿cómo la antropología puede abocarse al estudio de la vida social de la televisión? Abu-Lughod propone revisar la "thick descripción" de Geertz, el uso de la etnografía multisituada de Marcus, y abordar a los televidentes no como miembros de una "cultura unificada", sino en "términos de el cosmopolitanismo que representan" (124).
Para Abu-Lughod, "escribir sobre televisión en Egipto, Indonesia, o Brasil es escribir acerca de lo transnacional, lo nacional, lo local, y lo personal" (129). La percepción e interpretación que las personas tienen de los programas televisivos y de sus experiencias televisivas muestran contradicciones, paradojas, encuentros y desencuentros que hasta cierto punto moldean las experiencias que se viven día a día en la sociedad.

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* Abu-Lugohd, Lila (1999) "The interpretation of culture(s) after television" Sherry Ortner (ed.), The fate of culture, Berkeley/Los Angeles: University California Press.

sábado, 8 de enero de 2011

El fin del mundo



Antes de que finalice el 2010 noté que en varios programas televisivos transmitieron temas sobre el fin del mundo, sobre la veracidad de las predicciones de Nostradamus,sobre las profecías mayas, sobre el código secreto oculto en la Biblia que ha predicho catástrofes ambientales y tragedias humanas mundiales, sobre investigaciones paleoclimáticas que sugieren que algún asteroide o meteorito está rumbo en colisión contra nuestro planeta, y la lista sigue. Hay varias versiones del fin del mundo para todos los gustos: creyentes, no creyentes, ateos, anti-religiosos, fundamentalistas, científicos, indiferentes, vendedores y comerciantes, profesores, obreros, ambientalistas, y la lista también sigue. Pero los fines del mundo que me parecen particularmente interesante son dos: el bíblico y el maya. Me resulta curioso que muchas personas que pertenecen a alguna religión judeo-cristiana se preocupan por las profecías mayas, cuando en realidad, no tendrían por qué hacerlo dado que su propia religión tiene su versión del "fin". Otras personas, por lo general pertenecientes a fenómenos religiosos New Age, consideran verídicas y legítimas las profecías de los mayas y en algunas ocasiones las mezclan con las bíblicas y con las de Nostradamus. Las televisoras se encargan de alimentar el miedo y terror de las personas respecto del fin de la vida en la tierra. Pero a muchas personas se les olvida un detalle: el etnocentrismo. En el discurso mediático se hacen caso omiso de las miles de religiones no judeo-cristianas y no-mayas que tienen sus propias versiones sobre el fin del mundo. Es decir, se difunden imágenes de un fin del mundo muy "cristiano". En ese sentido, la conversión "forzada" hacia el cristianismo parece ser la única forma de salvarse de la inminente catástrofe mundial. Quisiera comentar dos relatos, uno bíblico y otro de una caricatura. El relato bíblico de la inundación tiene sus orígenes de las sociedades que vivieron entre los ríos Tigris y Eufrates. Eran sociedades que vivían en constante riesgo de desborde de ambos fluyentes y que pudieran poner fin a "esas sociedades". Esto nos habla de una manera de percibir a una sociedad propia como "todo el mundo". Este tipo de etnocentrismo ha sido y todavía es muy común en las sociedades contemporáneas. El otro relato es de un capítulo de la serie Los Simpsons sobre el fin del mundo. Casi al final de ese capítulo sobre el "fin del mundo a lo cristiano" encontramos en el infierno al personaje indú, Apu. Él está agarrado de un árbol y unos diablos le están picando con sus tridentes a lo que Apu les responde: "les digo que yo soy indú". Ambos relatos son una breve muestra de la variedad de versiones, narrativas, y formas de percibir el "fin del mundo". Aunque algunas versiones se han vuelto más populares que otras, debido a la predominancia de ciertas imágenes religiosas en la difusión mundial televisiva. No es novedad decir que la televisión constituye uno de los principales medios de transmisión de imaginarios religiosos para todo el público.

domingo, 2 de enero de 2011

Feminismo y Pierre Bourdieu


Muchas teóricas feministas han criticado la obra de Bourdieu argumentando que sus conceptos, especialmente el de habitus, no ofrecen capacidad de agencia al individuo. Considero que tal crítica es imprecisa y hasta cierto punto injusta. Si bien es una tarea difícil el ver al habitus (conceptual) como un medio para escapar al dilema estructura-sujeto, su supuesto "fracaso" no merma el valor analítico de dicho concepto. Particularmente observo que muchas pensadoras feministas comenten el error parsoniano a la inversa. Es decir, quieren ver más "agencia" y capacidad de acción en los sujetos (mujeres) del que existe. Considero que debemos separar el argumento político (feminista o cualquiera que sea) del argumento analítico sociológicamente hablando. A pesar de las críticas de esta índole a las propuestas de Bourdieu, existen esfuerzos loables que retoman los conceptos de Bourdieu y los re-piensan desde una perspectiva feminista. La obra que particularmente considero relevante en este intento es la compilación del texto: Feminism after Bourdieu. Les invito a leer este conjunto de trabajos, editados por Lisa Adkins y Beverley Skeegs, donde se replantean conceptos como habitus, campo, espacio social, entre otros.