domingo, 3 de marzo de 2013

Ordenamiento Territorial Comunitario

El Ordenamiento Territorial Comunitario (OTC) es un instrumento de planeación que el gobierno de México ha adoptado para diseñar, junto con los campesinos de un ejido, estrategias de aprovechamiento de la tierra, recursos naturales y la biodiversidad. Las implicaciones étnicas y las relaciones de poder no tardan en aparecer al igual que los discursos institucionales sobre el medio ambiente y las políticas de lo que significa o no "lo sustentable". Lejos de los grandes debates internacionales que esto suscitaría, como de hecho lo hace, es en la práctica donde se vuelve un poco complicada la tarea de llevar a cabo todo lo que los manuales gubernamentales del OTC dicen que se debe de hacer. Desde septiembre del 2012 he participado en un OTC al sur del estado de Yucatán con un grupo considerable de ejidatarios y sus 20 mil y pico de hectáreas de tierra. Mi labor consistió particularmente en realizar con los ejidatarios la caracterización social y económica de la comunidad con la ayuda de una colega antropóloga. Inicialmente me pregunté si esto sería un caso de antropología aplicada ya que el proyecto mismo se prestaba a esa interpretación. Cuidar que mi presencia no sea invasiva era una de las utopías que creí había superado, pero mi propia situacionalidad profesional y laboral le ponía un sazón diferente a otros proyectos en los que había participado. No trabajaba para ninguna universidad ni centro de investigación alguno, así como tampoco para el gobierno. Lo hacía para una consultora coordinada por personas formadas en ciencias biológicas. ¿Era mi papel la de ser intermediario? ¿la de un emprendedor en antropología aplicada? o simplemente un asesor técnico, como los mismos ejidatarios me llamaban. O bien, me decían "ingeniero". En mi práctica etnográfica realmente sentí fluir los múltiples discursos institucionalizados, morales, culturales, étnicos, locales, globales y políticos relacionados con el "ordenamiento" de las cosas. Recordé a Foucault muchas veces, pero me era poco útil al momento de tener que "seguir" el juego de promover el "ordenamiento de las cosas". Claro, como muchos/as podrán argumentar, ese "ordenamiento" es más una perspectiva teórica, por más práctica que la quieran presentar, que una realidad. Por otro lado, ver el grado de apropiación de discursos que los ejidatarios hacen de los discursos gubernamentales me resultó más que asombroso. Y, por supuesto, la reinterpretación que estos hacían. A pesar de esta experiencia del "ordenamiento de las cosas" no dejé de lado a mis paradigmas de crítica poscolonial y teoría post-estructural. De hecho, más que inútiles, me resultaron "prácticos" para muchas cosas. Evidentemente, esto es algo que no redactarías en reportes ejecutivos donde muestras los avances, expectativas y propuestas de "escenarios de oportunidades productivas". Ante el posible "¿por qué?" la respuesta que salta a inmediatamente es que...se trata de personas, traté con personas, campesinos con familias, gente que todavía depende del campo, y que necesita de él para la subsistencia diaria. Y claro, la mejor crítica post-colonial o post-estructural no les daría de comer, vestir o comprar medicinas. Duras son las lecciones que uno aprende o bien, recuerda, en trabajo de campo cuando los principios y a ética antropológica tiene que ser repensada no para fomentar el debate, sino para ser una estrategia útil y práctica en la medida de lo posible. Saludos Josué

No hay comentarios:

Publicar un comentario