domingo, 28 de febrero de 2010

Bloggear o no bloggear. ¿Es eso un dilema para la antropología?

Las redes de socialización y comunidades virtuales han pasado a formar parte del imaginario social para los usuarios de todo el mundo. Para entender estos recursos tecnológicos se han tenido que adoptar nuevos neologismos del ciberespacio, así como comportamientos y actitudes socio-lingüísticas de la hiper-realidad. Por "bloggear" podemos entender el decir algo sobre uno mismo, sobre un tema, acontecimiento, situación, etc. Las personas bloggean cosas que pueden resultar interesantes para algunos, pero no para otros. Ahora bien, ¿es esto importante para la antropología? Mi respuesta es un totalmente rotundo SI. Primero tenemos que analizar los estereotipos de lo que es el ser/quehacer del antropólog@: 1) alguien que sólo aprendió la tecnología del ábaco y quien padece un serio retrazo de conocimiento tecnológico; 2) los informantes (sujetos de estudio) propios para l@s antropólog@s viven a miles de kilómetros de la civilización y en casi total aislamiento; 3) dado que la tecnología no ha generado el "progreso de la sociedad" ni ha disminuido los problemas tales como el hambre y pobreza, la antropología debe desconfiar de las promesas de la modernidad (y su discurso tecnologizado). Para derribar estos estereotipos, que no tienen nada de malo y los considero como fundamentales para entender la médula espinal de la antropología, sólo tenemos que dar un vistazo en la bloggosfera para observar que los "nativos han invadido la red". Muchas comunidades étnicas han dejado resgistro escrito en varios idiomas (incluso en su lengua madre lo cual representa un reto para la planificación lingüística y la estandarización de lenguas en proceso de escriturización) sobre sus cosmovisiones, ideologías, rituales, economías, y culturas. Existe incontables video-bloggs donde estas mismas comunidades que se han apropiado de tecnologías de reproducción visual, suben videos (grabados por ellos/as mismos/as) que muestran "su punto de vista" sobre "su cultura". Sólo con esto tenemos para pensar el replanteamiento de la mirada video-etnográfica. La ventaja que aquí se presenta es que el antropólog@ puede opinar sobre ello, y, el informante puede devolverle la pregunta; todo ello queda registrado en el historial de conversaciones con la posibilidad certera de que "algún usuario más" leerá o verá dicha interracción investigador-informante; a diferencia de las oscuras y frías salas de lectura y almacén de producciones etnográficas que sólo a los especializados en ciertos temas les interesa. En mi práctica ciber-etnográfica he "seguido" conversaciones que parten de un par de líneas y en las que participan decenas de personas, nativos y no nativos, antropólog@s y no antropólog@s. Aquí cabría bien hablar de la etnografía dialógica de D. Tedlock.
Obviamente no debemos olvidar que el acceso a este tipo de tecnología comunicativa no siempre está disponible para todos y en muchos casos el uso está monitoreado y sancionado por sus gobiernos locales (como es el caso de jóvenes activistas islámicos que usan la bloggosfera como medio de manifestación política). Pero para las personas que tienen este acceso, la bloggosfera y el ciberespacio constituye un "lugar" para el contacto cultural a escala discursiva, visual, y auditiva. El antropólog@ puede bloggear al informante, y éste puede blogger al antropólog@. Considero que bloggosfera es un tipo de Piedra Roseta de la era tecnológica donde millones de bits de información están siendo lanzados al ciberespacio y al universo con información sobre la especie humana. Si alguna vez nos preguntamos si estamos solos en el universo, podemos decir que si bien aún no lo hemos corroborado, "alguien" más posiblemente SI.
Saludos
Josué

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